Para mi madre Silvia Centeno y mis hermanos Carlos y Abraham:
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Viví a mí manera, logré todo lo que me propuse pero siempre con la divina presencia de Jesús y bajo el amparo de nuestra Santa Madre.
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Hoy soy dichoso en la presencia de Dios y es lo más grande que pude anhelar.
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Recuerden que siempre estoy junto a ustedes.
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Los quiero. Marito
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