Música del Alma

domingo, 6 de octubre de 2013

Chihuahua de Luto



Ayer, el destino puso ante mis ojos la tragedia, muy de cerca. Vi el dolor, sentí el dolor, pero también vi la fe, sentí la fe, en cada familiar de las víctimas que abracé, en la niña golpeada que en un rincón lloraba por su madre, en el padre que perdió a sus hijos y con lágrimas elevó una plegaria al cielo afuera del hospital.
En la abuela que no sabía del fatal destino de sus nieto, en la madre que con visibles golpes en su rostro pedía un milagro para que se salvara su hijo, en el médico, en las enfermeras, en los voluntarios, en los religiosos, en todos y cada uno de los que se hicieron presentes para ayudar, para apoyar, para solidarizarse.
El hospital se llenó de llanto, de tristeza, pero también se llenó de apoyo. Nadie avisó, nadie pidió, pero ahí estaban esos seres humanos dispuestos a unirse, mano a mano, voz a voz, pan con pan, demostrando que la raza humana no está del todo perdida. 
Una tarde de alegría se convirtió en tragedia, un accidente enlutó a Chihuahua. Un accidente que no debía suceder pero sucedió. 
Llámenlo como quieran, pero les pido con el corazón en la mano, que una tragedia no saque a relucir nuestra mezquindad.
Somos más que eso, somos más corazón, somos esperanza.
Oremos, apoyemos, solidaricémonos. Aun quiero creer.

Carlos Urquidi Granados

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