El taxista y los 7 templos

Un Jueves Santo por la noche, un taxi del 15 Colorado iba por la Ave. Ocampo cerca de las vías. El chofer vió que le hacía señas una mujer muy bien vestida.
-¿A dónde la llevo, señora?
-Tengo que cumplir una manda, necesito visitar siete templos.

Fueron a San Francisco y de allí al Santo Niño. Regresaron a Catedral y luego se trasladaron a la capilla de Nuestra Señora de Lourdes y al Santuario. Más tarde, fueron a Santa Rita y finalmente al Sagrado Corazón, que estaba en construcción.

-Ofrecí hacer la visita de las Siete Casas si sanaba de una grave enfermedad. Por favor lléveme ahora al Panteón de Dolores.

Al oir eso el pensó que se alojaría en la casa del administrador.

-Son cincuenta pesos, inquirió el chofer
-Olvidé el monedero y mañana salgo fuera de la ciudad; vaya a mi casa y explíquele a quien le abra la puerta el servicio que me ha hecho, le dejo éste anillo en prenda, entréguelo a quien lo atienda.

Al día siguiente al presentarse en el domicilio le cuestionaron

-¿Dónde consiguió la argolla de matrimonio de mi madre?
-Anoche la llevé a varios templos y me dijo que pasara aquí a cobrar, me dejó la sortija para que se la entregara a usted a cambio del pago de cincuenta pesos del servicio.

El joven con la cara descompuesta por la angustia y con lágrimas en los ojos, dijo con voz trémula: Mi madre murió hace más de un año de un mal incurable.