Hola Lolita:
No sabes cómo te extraño, sobre todo ahora que la ciudad se está preparando para las fiestas decembrinas. Me deprime pensar que no estarás en mi mesa para compartir el pan y el vino blanco que tanto te gustaba y de esa manera festejar un año más del nacimiento del niño Jesús, Nuestro Dios. Ahora tengo tu biblia, mi biblia; hoy en día la he empezado a leer.
Un regalo más de tu despedida, así como el regalo más preciado que me otorgaste: la vida y tu presencia; nada más me queda la vida y de tu presencia, el recuerdo. Donde quiera que estoy, estás. Que mejor navidad que ésto.
Luis G. Díaz De León
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