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Pues lo cierto es que se convierten en basura pura o pura basura, según se puede apreciar en los cementerios citadinos.
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El costo individual oscila alrededor de los trescientos pesos y hay difuntos que reciben por decenas; échele cuentas -me dijo un deudo- el muertito ni las mira, son estorbosas, a la viuda se le agudiza la pena y su aroma será sinónimo de muerte, en el panteón se hacen basura y el único ganón es el florista.
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Ultimamente he detectado en algunos deudos que saben que van a recibir un buen número de ofrendas, un cambio de actitud; pues imprimen por iniciativa propia avisos que son pegados a la vista de todo visitante a la sala velatoria, donde dan la opción de que en vez de gastar dinero en flores, mejor hagas un donativo económico a cualquier institución de beneficiencia.
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La próxima vez que nos avisen que murió el primo de un amigo, tal vez sería bueno considerar éste artículo.
1 comentario:
efectibamente, esa reflexion es muy buena ovserbacion que algunas personas ya la bemos y la palpamos yo personalmente les ago este comentario a mi familia y amigos EN VIDA HERMANO EN VIDA.. por que las flores ahi lo vemos es basura desgraciadamente.
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