Hoy, los empleados del Cementerio Municipal Uno de ésta ciudad comentaban sorprendidos que tenía muy poco de haberse utilizado una fosa en la que ésta tarde se daba sepultura a un nuevo inquilino.
Familiares y amistades decían adiós a Don Rubén González Cruz en la tumba donde hace pocos días había sido depositado el cuerpo de su amada esposa Doña Consuelo Rodríguez de González.
Ella oriunda de Corraleño de Juárez, Mpio. de Camargo, Chih. y él de Pachuca, Hidalgo; forjaron toda una vida de 49 años de ejemplar matrimonio siempre juntos. Fruto de esa unión procrearon a Antonia, Jesús, Mario y el más pequeño de nombre Salvador, todos siempre unidos en la buenas y en las malas.
En plena agonía de su señora esposa, Don Rubén quien también padecía un severo mal, acudió por propio pie y sin compañía hasta la habitación del hospital donde se encontraba el amor de su vida sin avisar a sus hijos y nietos que ya lo buscaban por toda la ciudad, hasta que por fin lo encontraron al pie de la cama de Doña Consuelito.
A partir de hoy ya se encuentran otra vez juntos -afirman sus amorosos nietos- quienes los llevarán en su corazón por siempre y nunca olvidarán la gran historia de amor de la que fueron protagonistas sus queridos e inolvidable abuelitos.
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