El periodista Rubèn Valles Mata escribiò el El Diario de Delicias:
Otra vez “…La pálida intrusa…” paralizó el corazón de un joven, pero no logró detener su sueño espiritual de la inmortalidad. Jonathan murió el martes víctima del cáncer. Tenía tan solo 24 años, pero quisiera a su partida ser portador de su último deseo, platicado con su amigo Luis.
Cuando la quimioterapia dejó de ser útil, cuando los medicamentos solo servían para mitigar el dolor, cuando la ciencia lo condenó a morir en unos cuantos meses, el espíritu del joven no se doblegó; al contrario, despertó en él la necesidad espiritual de dejar un mensaje a propios y extraños, a todos quienes desearan escucharlo.
Ya postrado en una cama, Jhonatan pedía fuerzas para rentar el Teatro de la Ciudad, convocar a cuanto prójimo quisiera asistir, para narrar el pasaje de su propia muerte, pero no de manera lastimera, al contrario, para invitarlos a dejar atrás odios y rencores, preocupaciones e insidias, prejuicios y pleitos, para ir en busca de la paz espiritual y ser feliz, porque el tiempo que separa a la vida de la muerte, es de centésimas de segundo.
En esta última voluntad de Jhonatan, quería decirle a la gente, a su esposa, dejarle el legado a sus dos pequeños hijos, a sus familiares y amigos, que el cáncer no iba a decidir sobre su vida, que no lo vencería, y si acaso su corazón dejaba de latir, sería porque Dios decretó disponer de su cuerpo.
Jhonatan quería decirnos que no valía la pena juzgar a los demás: si aquel era flojo, o el otro adicto, o aquel había robado. ¡Que importan los demás, si la tranquilidad y la paz dependen de cada individuo!, no es bueno desahogar mis frustraciones con errores o fracasos de los otros.
Jhonatan sabía que la muerte es un proceso irreversible que se inicia el mismo día del alumbramiento, jamás piensa nadie en morir joven, pero la voluntad divina no cumple caprichos y Jhonatan esta ya en el mundo de los muertos.
Jhonatan no pudo estar en el Teatro de la Ciudad sugiriendo a todos vivir con amor, pero a través de este humilde espacio, hacemos extensiva su última voluntad: Una invitación a bien vivir, apegados los creyentes a la palabra de Dios, o simplemente vivir en el amor, quienes no crean en un ser superior. Hay que vivir como “Guerreros”, indomables y llenos de fe.
Jhonatan: “Hay dos tipos de hombres: Los que pasan la vida soñando y los que viven para dar vida a sus sueños”.
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