Nunca trabè amistad con èl, sin embargo, la semana pasada lo vì muy cariñoso como siempre con su hijita, buen hombre y muy buen padre. La ayudò a cruzar despacio la calle y le comprò chucherìas en el Oxxo. Ella felìz y orgullosa con su padre, era la alegrìa para èl, pero anoche unas personas decidieron dejarla sin su hèroe.
En un abrir y cerrar de ojos su viejo ya no existe, por motivos que ella nunca entenderà alguien segò la vida de aquèl que le brindò solo amor y felicidad y la hacìa sentirse ùnica y amada. ¿Que decirle a èsta muñeca? Hay quien asegura que a veces es mejor quedarse callado y ya no decir nada, ¿pero que acaso èl no existiò? ¿Serà mejor que ella paulatinamente lo borre de su memoria o sea sòlo un borroso y vago recuerdo?
Que terrible situaciòn, resulta superlativamente dramàtica y vaya que lo es. ¿Quienes somos nosotros para decidir quien merece vivir?
Toquèmonos el corazòn y volvamos a los valores...
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