Música del Alma

miércoles, 10 de junio de 2009

Desatino imperdonable

Un colega se sintió honrado cuando al morir una persona bastante importante y emblemática en nuestro terruño, su familia contrató directamente los servicios fúnebres con la empresa propiedad de mí anónimo amigo.

Pues él personalmente atendió y dirigió con prontitud, elegancia y eficacia todo lo relacionado al servicio, desde el proceso de embalsamado y vestimenta, así cómo la atención en la cafetería fuera de primer nivel.

Al siguiente día mandó a un empleado a realizar los trámites necesarios para la inhumación y al llegarse la hora de partir al templo dijo a varios de sus subalternos: "Por favor, nadie meta mano, éste cliente lo atiendo yo, así que yo mismo conduciré la carroza para percatarme que todo salga bien...ya ven que es una familia muy importante y me interesa que se lleven buena impresión de éstos tristes momentos"


Pues se sube a la carroza e inicia el cortejo que recorre toda la avenida 20 de Noviembre a paso lento y con la cara de dolor de los asistentes. Justo al llegar al Templo del Sagrado Corazón, desciende garbosamente del coche fúnebre el dueño de la funeraria y al abrir la parte trasera para descender el ataúd...Oh sorpresa, la carroza venía vacía...había olvidado subir el cuerpo...

Entre el enojo e impotencia y una mezcla de amenazas de los familiares del difunto, el empresario llamó por celular a la oficina y regañó a sus empleados. "pues en que están pensando bola de desobligados baquetones" y sólo recibió como respuesta "uy patroncito pues es que usté claramente nos pidió que no interviniéramos"

"Pues inmediatamente mándenme el cuerpo en otra carroza, pero volando inútiles"

Cabe mencionar que fué la última vez que se vió favorecido en el futuro por esa familia, pues fué un caso verdaderamente penoso.

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