En memoria de mi hermana Alicia:
Fue el 8 de julio cuando empezaban a caer gotas de lluvia sobre el piso, formaban estrellitas poco a poco, más y más, hasta que llegó a cascada.
Eras tú, que caminaba hacia el Padre Celestial, dejándonos tan esperado y hermoso regalo.
Te recuerdo en tu silla inmóvil, años y años en tus horas de soledad, con tus manitas frágiles tejías y bordabas preciosos recuerditos para dejarnos tu cariño.
Con fé y esperanza supiste esperar...amaste la vida por ver a tus hijos y nietos crecer en la armonía y el amor que tú anhelaste.
Desde el cielo bendícenos, pide por nosotros para un día estar contigo.
Muchos, muchos te acompañamos a tu última morada, por ahí escuché un perdón...y otros más...
¿Cómo se puede dar...todo lo que tú? Tanto amor...
Josefina Hermosillo U.
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