El encanto de Dios

Hoy mi bebé y yo ya estamos en el cielo, si pudieran ver y sentir lo que sentimos y vemos, jamás llorarían. Estamos ahora atónitos por el encanto de Dios y sus maravillas. Les doy gracias por la alegría y el amor que me brindaron. Los quiero ver unidos y contentos, hoy vivimos en una estrella, en una hermosa morada que desde hace mucho tiempo Dios nuestro Señor nos tenía preparada. Necesito de sus pensamientos y oraciones para seguir viviendo en ustedes, yo he rogado por ustedes para que su fe no desfallezca. Recuerda, morir no es como apagar una luz, es como apagar una lámpara porque ha llegado el amanecer. Dios los guiará y bendecirá por siempre.

Zayra Gabriela Arzate Contreras