Gloria Almaraz Porras.
No puedo quedarme otro día para sonreir, amar, trabajar o jugar. No sufran por mí, he seguido la senda que Dios me señaló, tomé su mano cuando me llamó. Volví la espalda y lo dejé todo.
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El trabajo que no terminé, así quedó y yo he encontrado la paz final de la jornada. Si mi partida ha dejado un hueco, llénenlo con mis recuerdos felices, una amistad compartida, una sonrisa, un beso...Si, éstas cosas también yo las extrañaré.
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Pero no me recuerden con tristeza, yo les daré la brillantez de la mañana, mi vida fué plena y la disfruté.
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Hijos, hermanos, nietos, sobrinos y amigos, quizá fué breve el tiempo, pero no lo alarguen por mí. Levanten su corazón y compártanlo conmigo. Dios me necesitó y me ha hecho libre.
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