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Hugo Esteban Ballesteros siempre soñó con ser un profesionista y sacar adelante a su madre, quien tanto luchó por él, pero ahora lo hace desde un lugar que el cielo le tenía reservado.
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El joven cursó sus estudios en la primaria Dozal, ya adolescente estudió en la Secundaria 15, siguió con la prepa en la Escograf y posteriormente en la Universidad Regional del Norte (URN), en donde cursaba el sexto semestre de la licenciatura en Diseño Gráfico.
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Maestros y compañeros recuerdan al joven de 24 años como una persona seria, pero entusiasta y que con ilusiones dibujaba un mundo mejor para él y su familia. Sandra Sánchez, su amiga, con quien tuvo una linda amistad desde que ambos eran unos niños, lo recuerda también como un hombre "tranquilo, serio, tenía muchas ideas y proyectos que quería realizar, pero ahora ya no lo podrá hacer, tal vez el cielo necesitaba un ángel y por eso se lo llevó", dice al momento que un par de gruesas lágrimas ruedan por sus blancas mejillas.
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Corina Reyes, tía del muchacho, fue la encargada de llevar la ropa y juntar muchas de las fotografías de cuando era niño, con las cuales el joven volvió a vivir aunque fuera por unos instantes en la mente de todos los que lo amaron.
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La señora Laura Ballesteros hoy soporta con entereza, pero con tristeza la muerte de su hijo, que hace apenas unos meses salió de vacaciones a la Bahía de San Carlos en el estado de Sonora. Ahí en ése lugar Hugo Esteban conoció el azul intenso del mar, la arena, la playa y quizás ése sea uno de los mejores recuerdos que se quedaron grabados en su memoria antes de partir hacia la otra vida, pues en el viaje de regreso a casa, tomó el atajo a la inmortalidad.
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Extracto de El Heraldo de Chihuahua/Hemeroteca
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