Música del Alma

sábado, 16 de mayo de 2009

Checando el Santoral

Esta mañana al arrancar una hoja del calendario me dí cuenta que hoy es el honomástico de las personas que llevan el nombre de Ubaldo.

Inmediatamente se me vino a la mente un amigo de hace años, su nombre fué Ubaldo Villarreal.

Siendo gerente de una agencia de autos nuevos en Ciudad Juárez, tuve cómo vendedor a Don Ubaldo, hombre ya entrado en años y yo apenas un mozalbete de veintitantos.

Cómo anécdota cierta mañana salí temprano a comprar leche a una tiendita cercana y para mi sorpresa ví estacionado un vehículo de la empresa justo enseguida de mi casa y al llegar a la junta que teníamos diariamente pregunté que quien había estacionado su coche en la Paraguay. Entonces Don Ubaldo me dijo que el vivía en ese domicilio ¡Eramos vecinos de junto y ni siquiera lo sabíamos!

Desde aquella ocasión nos hicimos muy amigos y al dejar la empresa y regresar a Chihuahua, a veces él me visitaba cuando iba de paso a ver a un hijo a Cuernavaca, Mor.

Desayunábamos en el Hotel Mirador y la última vez que lo ví me comentó que se sentía algo malón y despues de algunas sugerencias y comentarios de cuates, nos despedimos y el salió rumbo a la ciudad de la eterna primavera. Esto sucedió en Octubre.

El día primero del año siguiente llamé a la media noche a su casa de Juárez para desearle Feliz Año y al preguntar por el Sr. Ubaldo Villarreal me dijo que era él y yo lo empecé a bromear -Pues que le pasa que lo escucho distinto, parece que anda algo ronco, no se parece la voz...bla,bla,bla. Me interrumpió la voz y me dijo: Oiga usted me está confundiendo con mi papá, yo soy Ubaldo chico, mi papá murió en Octubre en Cuernavaca...

Pues me sentí como si un balde de agua fría me hubiese caído encima. Estas líneas van dedicadas en honor a Don Ubaldo Villarreal, gran amigo y excelente persona. Todo un caballero. Oriundo de ésta ciudad vivió su juventud e infancia en la calle Pedro Moreno cercana al Pasito, su padre del mismo nombre, se distinguió por haber ocupado por años la jefatura de Correos de México y fué vecino y amigo de infancia de mis tíos maternos.

Nunca es tarde para rendir homenaje a un amigo sincero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buscando mis homonimos encontré su escrito. Que tributo tan bonito le rindó a usted a su amigo Don Ubaldo. Yo me llamo así también y por eso me llamó la atención su arículo. Saludos desde Tamaulipas.Ubaldo
vubaldo@hotmail.com