Música del Alma

sábado, 2 de mayo de 2009

Extraño caso

Hace no muchos días, se presentó en mi establecimiento una familia que requería un servicio funerario, lo cual no resulta novedoso ya que ése es mi oficio.

Lo extraordinario del caso y que sinceramente me dejó mudo, fué que me comentaron que un señor de avanzada edad los abordó en la caseta telefónica sobre la banqueta del Hospital donde acababa de morir el padre de ésta familia.

Ellos buscaban vía telefónica presupuestos en algunas funerarias y el hombre que se presentó ante ellos, les recomendó mis servicios y les dijo que era mi amigo y que yo los ayudaría no sólo con un precio ajustado a sus necesidades, sino que les apoyaría en sobrellevar su doloroso trance.

Yo me quedé serio y pedí que me describieran a "mi amigo" y me lo detallaron cuidadosamente.

Hasta hoy en día me resulta difícil de asimilarlo pues se trataba de un querido anciano con el que llevé excelente amistad y todas las tardes se paseaba acompañado de su bastón alrededor del hospital para hacer ejercicio. De ésto hace años pues el murió trágicamente por ahí del 97 o 98.

Fué un gran amigo, excelente conversador, fínísima persona y muy educado. Sencillo y cómodo al vestir pero muy aseado. Nunca se quitaba su gorra españolada.

Hay cosas que siempre se las guarda uno para sí mismo, pero hoy me pareció conveniente compartirlo con ustedes. Y a mi amigo de quien me reservo el nombre por respeto a su apreciable familia, doy las gracias por haberme brindado su sincera amistad y deseo de todo corazón se encuentre rodeado de paz y tranquilidad, por que aquí en la tierra eso transmitía a los que lo tratamos.

Descanse en paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una manera de agradecerle su amistad y, sobre todo el tiempo que le dedicò con mente abierta y oido atento.

Nada ocurre por casualidad, esa familia requerìa de sus palabras de aliento, de fe y esperanza.

Saludos!!

Lic. Juanita López